martes, 30 de julio de 2013

Recuerdos/realidad


El siguiente es un texto, más bien, 2 textos, del 2007. Son del tiempo en que estuve dando clases en la Universidad Intercultural del Estado de México. Los textos fueron escritos porque a los profesores se nos pidió elaborar dos guiones radiofónicos, para el programa de radio de la Universidad. A mí se me hizo más fácil escribir los textos, y a partir de ahí elaborar los guiones.

Mencioné de pasada en mi texto anterior, sobre nuestra mexicanísima doble moral. Y supongo que después escribiré sobre la relación de amor/odio que tenemos con los gringos. La cosa es que en lo que escribí en ese entonces, se dejan ver ambos aspectos.

Un guión fue sobre la película Eréndira Ikikunari o Eréndira La Indomable, de Juan Mora Catlett. Y el otro, fue una comparación entre ésta y Apocalypto, de Mel Gibson. Más que nada, una comparación mediática. Una comparación que creo, evidencia mis argumentos de doble moral y malinchismo.

Dejo los textos tal cual estaban, como una especie de borradores. Y envío un abrazo a mis amigos de la Intercultural: secretarias, profesores y sobre todo estudiantes.

“Hablaremos sobre el segundo largometraje del cineasta mexicano Juan Mora Catlett, “Erendira Ikikunari, o la indomable”, un filme que trata sobre la historia de una joven purépecha que se resiste a aceptar el rol de mujer que la sociedad de los hombres le ha asignado y decide participar en la resistencia de su pueblo ante el embiste de los españoles. El argumento de la película se basa en una leyenda purépecha del siglo XVI, que llegó hasta nuestros días gracias a la tradición oral. La cinta está totalmente hablada en purépecha, lo que le imprime un toque de realismo, además de que los actores que participaron en la producción provienen de escuelas y talleres de teatro y actuación de Michoacán; también se contó con la presencia de bastantes extras de la misma región. Al igual que en su anterior obra, realizada hace 17 años, “Retorno a Aztlán”, con la que obtuvo el reconocimiento de la crítica, además de algunos premios, Mora Catlett, vuelve a retomar nuestra historia prehispánica para contarnos la entrañable historia de una joven que decide romper los esquemas sociales de su tiempo y se niega a ser la esposa de un guerrero. Y lo vuelve a hacer en una lengua originaria, ya que, “Retorno a Aztlán” se habló en nahuatl.

Erendira es una joven purépecha, que está próxima a casarse con el guerrero Dimas, al que le fue prometida desde hace tiempo, así que debe esperar a que él decida retornar para hacerla su mujer, mientras tanto la deja al cuidado de su hermano menor, quien en secreto está enamorado de ella. Pero Erendira ha decidido que no desea casarse, que quiere seguir siendo libre, por lo que deja a su encolerizado prometido que no entiende qué es lo que pasa. Hay una importante asamblea con el tibio rey Tangaxoan, en la que se discute acerca de los dioses barbados que han llegado recientemente, dioses hambrientos de oro, con los que es preferible aliarse antes que exponerse a recibir su ira. Dentro de la asamblea, la mayoría de los consejeros del rey Tangaxoan le sugieren aliarse a los dioses de brillantes vestiduras, pero hay alguien que se opone a ello, Dimas, uno de los principales señores del reino, quien es tío de Erendira. Esto le acarrea ser perseguido, por lo que debe retirarse a sus tierras a prepararse ante el inminente ataque de los hombres del rey, comandados por Ikukurikiquary, quien ya ha pactado previamente con los españoles, que lo acompañan esperando recibir el oro de Dimas. Tras recibir Erendira el permiso de su tío para desempeñarse como guerrera, nada la detendrá en su empeño de luchar por su pueblo.

El filme está construido en base a códices dibujados sobre la pantalla, de los que parte el cineasta para contarnos las distintas secuencias que componen la historia. Los códices se amalgaman a la película de forma natural, y es esta particularidad  una de las que proveen de realismo a la cinta. Juan Mora Catlett se adentra también en el terreno de los simbolismos, los cuerpos pintados de diferentes personajes, las máscaras de los hipócritas gachupines sedientos de oro,”

“Fue demasiado el polvo que levantó a su paso por las carteleras cinematográficas mexicanas, y aún  antes, mientras se filmaba en estados del sudeste mexicano, el cuarto largometraje del también actor Mel Gibson, Apocalipto. De entre la tolvanera, argumentos rescatables y descabellados por igual. Que si los mayas eran o no eran así o asado, que si el director es alcohólico o amante de la violencia gratuita o que los personajes más importantes son actores extranjeros, entre otras muchas cosas. Casi nadie destacó el enorme esfuerzo de realizar el filme en maya yucateco, incluso con las deficiencias en su pronunciación; algo que era predecible.

El contraste entre la repercusión mediática y la discusión intelecual y pseudointelectual que tuvo la película de Gibson y el filme de Juan Mora Catlet “Erendira  la indomable” es abismal, y el adjetivo no es una hipérbole mal gastada. En el largometraje de Mora Catlet también se habla de una cultura prehispánica, también hacen su aparición gachupines, de igual forma está hablada en lengua originaria, en este caso en purépecha, pero nadie, absolutamente nadie ha hablado sobre esta cinta

Buenos días amable auditorio, el día de hoy comentaremos sobre dos obras cinematográficas, con temáticas similares, pero con muchas diferencias en su tratamiento,  y sobre todo con una recepción de los medios muy dispar; una de origen nacional, la otra de manufactura extranjera,

Dos obras cinematográficas que a pesar de tratar un tema común, son muy diferentes en bastantes aspectos, incluyendo la recepción que tuvieron entre los medios y el público, que las recibieron de forma más que dispareja. Las obras en cuestión son “Erendira la indomable” de Juan Mora Catlet y “Apocalipto” de Mel Gibson. Supongo que para la gran mayoría el nombre de Juan Mora Catlet es desconocido, todo lo contrario que el del también actor y director de “La pasión de Cristo”; de origen australiano pero avecindado desde hace tiempo en los Estados Unidos. Pues brevemente diremos que el señor Mora Catlet es un director mexicano, cuya primer película es “Retorno a Aztlán”, de 1990, hablada en Nahuatl y merecedora de varios premios, en la que plasma su interés por mostrar lo más fielmente posible aspectos históricos de nuestro pasado prehispánico; la cinta que nos interesa en estos momentos “Erendira la indomable”, también tiene esta característica y al igual que la anterior está hablada en lengua originaria, en este caso en Purépecha. El otro filme en cuestión, “Apocalipto”, de Mel Gibson, tiene también esta particularidad, ya que sus diálogos están escritos en Maya yucateco, éste es creo, uno de los aspectos más rescatables de una cinta, que como película de acción cumple con la emoción y el drama necesario para entretenernos por dos horas, pero que en su cometido de poseer factores históricos sobre la desaparición de los Mayas, es, en su contenido y sus referencias bastante errónea.

Las críticas que llovieron sobre el cuarto largometraje del protagonista de Corazón Valiente fueron abundantes y en todas direcciones

Hablar de la enorme diferencia entre los presupuestos de ambas producciones sería ocioso, además de que se ha demostrado en muchas ocasiones que la falta de recursos no está necesariamente asociada a la mala calidad del producto.”